El problema consiste en que un pastor tiene una cabra, una leguminosa y un lobo y con semejante compañía se dispone a cruzar un río en una barca. Nada sabemos de su vida anterior ni tal vez nos importe. ¿Cómo hará el pastor para que el lobo no se coma a la cabra y la cabra no se coma la leguminosa? Descartado, desde luego, que el lobo tenga interés en el propio pastor y asegurado que tanto el lobo como la cabra respetan el punto de partida. El pastor carga en la barca la cabra y la deja en la otra orilla, dando por supuesto que al lobo no le gustan las leguminosas y que no se la ha comido; entonces vuelve solo y carga la leguminosa y una vez en la otra orilla deja la leguminosa y carga de vuelta la cabra; al llegar a la primera orilla carga al lobo y deja la cabra; conducido el lobo junto a la leguminosa queda otra vez junto a la planta, que no era de su apetencia desde el principio. El pastor regresa solo, esta vez para recuperar a la cabra y así juntar a todos en la nueva orilla. Pero si la presencia del pastor tiene tanto ascendiente sobre los dos animales, al punto de dormir sus naturales ansias devoradoras ¿no es cierto que podría haber pasado con los tres al mismo tiempo, negando así la propia existencia del problema inicial? Eso sí: vigilando en la barca todo el tiempo.
