EL VIOLONCHELO

Un escenario convenientemente iluminado. Una mujer que danza y un hombre que sentado en una silla toca el violonchelo. La mujer va vestida como de calle si bien la camiseta sin mangas es semitransparente, lleva también una gorrita. El hombre viste un buzo de color azul, todo de una pieza. La mujer traza giros y piruetas fáciles, difíciles y muy difíciles. El hombre, a lo suyo, sigue con la música. En un momento determinado a la mujer se le cae la gorra al suelo, más allá del escenario. El hombre, que se da cuenta, deja su instrumento apoyado en la silla y baja al patio de butacas a recoger la gorrita. La música de violonchelo, aun en ausencia del hombre, sigue sonando de la misma forma que sonaba. Solo así, pudiendo hacer eso, subiría yo a un escenario a tocar el violonchelo ante un público entendido.