Dará igual si lo que se expone tiene uno u otro carácter o una u otra categoría. Podrá ser una exposición de obras artísticas, artesanales o incluso de pequeña maquinaria industrial. También es indiferente si la autoría de las obras corresponde a profesionales afamados y exitosos o a aficionados llenos de ilusión, ingenuos o pretenciosos. Es imprescindible acudir con otra persona. Una vez en el interior del local y ante la disyuntiva de si debemos comenzar la revisión por la derecha o por la izquierda, cada una de las dos personas lo hará en uno de los sentidos. De esta forma ambos visitantes se cruzarán, más o menos, en mitad del recorrido. Allí podrán confiarse un breve informe de lo que cada uno de ellos ha visto en la parte que le ha correspondido, haciendo una rápida valoración de si merece la pena continuar para completar la visita o es sencillamente una pérdida de tiempo. En función de lo que se hayan notificado podrán seguir la operación completando el recorrido o bien abandonar la actividad sin mayor gasto intelectual y de esa forma poder hacer algo de más provecho en un lugar distinto.