Nadie duda de que entre las monedas de euro las más logradas son las de Italia. Qué ocasión perdida para la mayoría de los países de la Unión Europea. A dónde vas poniendo la cabeza de tu rey, reina, presidente o presidenta en cada una de las ocho monedas (Bélgica, Holanda, Luxenburgo, etc.) o el escudo del país en todas ellas como único motivo (Finlandia, Portugal, Irlanda, etc.) Qué aburrido, o qué poca imaginación. De nuestros euros mejor no hablar: ¿no saben los diseñadores que la cara en tres cuartos, por muy rey que seas, no da resultado en las monedas? Y qué pinta un Cervantes capidisminuido o una portada de la catedral de Santiago que casi nadie puede reconocer de tan barroca. En Italia en cambio han echado mano de algunas de sus mejores referencias artísticas y las han presentado con gusto e incluso con brillo. Para la moneda de euro nada menos que El Hombre de Vitruvio, dibujado por Leonardo, eso sí, en extraña versión relieve; la estatua del Emperador Aurelio flotando sobre el suelo diseñado por Miguel Ángel en el Campidoglio de Roma para los 50 céntimos; la escultura futurista de Boccioni en la moneda de 20 céntimos; un fragmento del Nacimiento de Venus de Botticelli en la de 10 céntimos; y algunas arquitecturas para las monedas más pequeñas: El Castel del Monte (1 céntimo); la Mole Antonelliana de Turín (2 céntimos); el Coliseo de Roma (5 céntimos). Pero la primera (no solo por su valor) sino por su factura perfectamente lograda (digno homenaje) es la moneda de 2 euros que representa a Dante Alighieri debidamente laureado, extraído de la representación que hace de él Rafael Sanzio en las estancias vaticanas al incluirlo, entre otros muchos personajes (justo detrás de Sixto IV) en el mural “La disputa del sacramento” pintado en 1509 en la llamada Estancia del Sello o de Firmas. Se trata de un perfil (solo ligeramente girado en la moneda) quizá combinado con el también perfil de Sandro Botticelli (véanse las tiras del gorrito). La efigie de Dante llena perfectamente el círculo dorado de la moneda y lo sobrepasa con elegancia en algunos puntos derramándose sobre el aro plateado que lo rodea. Bien por MCC. Un premio para esta moneda, aunque solo sea el de nuestra admiración.