Una anciana, experta, como otras muchas, en el arte de tejer con ganchillo inicia la confección de una colcha. Cuando ya la lleva avanzada fallece. Una segunda anciana, también experta en ganchillo la retoma, pero al poco también fallece. Se le ofrece continuarla a una tercera, pero ésta (quizás supersticiosa) rechaza continuarla. Al final se hacen cargo unas monjitas, quizá no les importa tanto rendir cuentas en la definitiva presencia del Señor, (o no son tan mayores).