Pero cuanto ha hecho el muelle por nosotros. Nuestra vida no sería la misma sin el muelle: ese milagro laico en el que el metal se acuerda de cuál era su posición inicial e intenta volver a ella como sea. Admirable la memoria del muelle y mucho más su constancia. Los muelles nos rodean, están por todas partes, se hallan diseminados en todo tipo de maquinarias y artilugios que de ninguna manera funcionarían sin ellos. Pero el lugar donde se pueden encontrar reunidos todos los muelles del mundo se llama Muelles Ros y está en Ronda de Atocha 16, Madrid. Allí te está esperando el muelle que necesitas, ese muelle que siempre has deseado. Los tienes preparados para todas las funciones, de todas las formas, de todos los precios y de todos los tamaños: desde los más grandes (muelles para tuneladora) a los más pequeños: tan pequeños que casi no se aprecia su filigrana a simple vista (muelles de reloj). Y dicen que si el que necesitas es de bolígrafo, allí te lo regalan: en Madrid son así.