TONTA, NADA Y MENTIRA

Cuando yo era pequeña, tenía catorce años, iba a un instituto mixto, era muy presumida, llevaba tacón (y dibujó con rapidez un especial tipo de zapato) y llevaba medias todos los días (y con la misma rapidez dibujó una pierna que terminaba en un zapato muy parecido al anterior) todos los días me ponía medias y zapatos de tacón y también llevaba bolso (y dibujó a la izquierda de la pierna un bolso) todos los días llevaba bolso y en casa me decían tonta (y escribió TONTA encima del bolso) y yo lloraba (y en la o de tonta dibujó unos ojos con lágrimas que caían) y yo lloraba y lloraba (y dibujó charcos y charcos de lágrimas por todo el papel) y después nada (y escribió en el centro de la página NADA) y después nada y después nada y después nada (y volvió a escribir encima de nada nada nada nada cuantas veces lo decía) y después nada (y remarcó la primera nada y después volvió el papel y miramos el dorso todavía en blanco y volvió a decir muchas veces nada) y después nada. Mentira, todo mentira (y escribió MENTIRA y remarcó la palabra) mentira es una palabra bonita.